Las Brutas

Uno de los axiomas que rige mi vida es el convencimiento de que los turistas son las personas más bufonas y detestables del planeta, y a quienes aborrecemos con todas nuestras fuerzas. Esto lo dijimos aquí y aquí.

Pero, paradójicamente, cuando a me toca jugar de turista quiero que todo el mundo se tire a mis pies, tienda un alfombra roja y ceda ante todos mis caprichos de turista demente porque les estoy dando plata y quiero que me consientan sin parar aunque se les vaya la vida en ello.

Pues en mi reciente estadía en Las Grutas, los lugareños tuvieron actitudes por demás extrañas y antiturísticas. No sé si estaban nerviososo porque estaba en ciernes la temporada de verano o si la exposición al viento les afectó las neuronas.

Experiencia Nº1, buscando la oficina de turismo en la delegación municipal para preguntar por alojamientos acordes al presupuesto:

Lolo: Disculpe, ¿dónde esta turismo?
Empleada: No está en esta delegación, tiene que ir a la entrada del pueblo, donde están los delfines ¿vio? Bueno, atrás del delfín de la derecha está turismo (COMO 20 CUADRAS).
Lolo para su interior: ¡Demente total! Estoy con una mochila que pesa como 100 kilos, no voy a caminar hasta el ingreso del pueblo donde están esos delfines hórridos tallados por un nene de 3 años, por favor. ¿Cómo no van a tener una oficina en un lugar más central? ¡Momias!

Experiencia Nº 2, frente a un lugar que decía Alquiler de Departamentos:

Lolo: Disculpe, estoy buscando alojamiento.
Brutus: Erhm… No sé…
(DESDE ADENTRO UNA VIEJA GRITA ¡DECILE QUE NO HAY!).
Brutus: No, no hay.
Lolo: Oquei…
Lolo para su interior: A ver, antropoide. Todo bien que tengas 50 años y que vivas con tu madre, pero por lo menos aprendte el criterio. ¿Qué es eso de no saber si hay o no alojamiento, mono adiposo?. Andá a tejerle una malla a tu vieja, delirante.


Experiencia Nº 3, frente a otro lugar con un cartel enorme que decía Alquiler por Día de Departamentos.

Lolo: Disculpe, estoy buscando alojamiento.
Sujeto Surreal ni siquiera contesta, sino que se tapa la boca como si hubiera visto al de moño en persona, abre los ojos, sobresaltado, se queda en esta posición por varios incómodos minutos. Creo que estaba pensando, o algo.
Sujeto Surreal: No, ni idea (!). Pero caminando seguro encuentra…
Lolo para su interior: Pero por favor, ¿qué es esto?, cómo te vas a tapar la boca de esa forma, extremista virulento. Encima me tenés en ascuas por 5 minutos sin saber si te dio un shock térmico o qué, monco. Te aborrezco.

Experiencia Nº 4, a la hora de hacer una compra con tarjeta de crédito.
Lolo: ¿Cuánto es?
Vendedora: Son quince pesos.
Lolo: Le pago con tarjeta.
Vendedora: Ah, no, por ese importe no te cobro con tarjeta.
Lolo: …
Lolo para su interior: Pero mica inútil, ¿preferís perder una venta? No entiendo tu grado de insensatez, ¿qué es lo que tengo que gastar para que te dignes a usar el posnet?

En fin, hubo muchas más experiencias, pero después con el calor y el mar los dejé pasar, me olvidé.

El problema, al final de cuentas, es que la gente va en masa igual y satura todos los alojamientos, restaurantes y demás comercios, y por eso se dan el lujo de que no les importe nada actuar como seres civilizados. Para no ser injusto, hay que destacar que se encuentran buenos lugares y gente de lo más amable, que parece no ser de esta pérfida Las Brutas.