Re-rehén

Todos saben los problemas éticos que tengo con la gente que mal usa los cajeros. Pero hoy fue el acabose. El mismísimo Apocalipsis Link sobre mi cabeza.
Una antropoide de unos 50 y pico de años estuvo VEINTE minutos para sacar, supongo yo, el importe de la AUH. El procedimiento era el siguiente: introducía tarjeta y la dejaba e ingresaba una clave con la pantalla con un cartel de “Bienvenidos”. Al principio pensé que era despistada. A la quinta vez concluí que era una subnormal importante.
-Señora, se formó una fila de 30 personas desde que usted empezó a querer sacar de a 10 pesos sus ahorros. ¿por qué no saca todo de una vez?
-Ay, es que es tan difícil-, decía acongojada, como si estuviera a cargo del proceso de accionamiento del mecanismo de la máquina aceleradora de partículas.
-La entiendo, para todos nosotros también es muy difícil estar de rehenes de la precaria relación que tiene usted con la tecnología.
Naturalmente no me entendió, pero todo el mundo tenía cara de orto así que se retiró murmurando “después termino de sacar la plata”, mientras todos queríamos practicarnos un hara kiri colectivo.

Cuando salía del triste recinto un policía provincial me dice:
-No puede retirarse hasta que terminen de retirar los depósitos
(giro y veo a dos lelos del banco abriendo las máquinas con la destreza de un manatí)
-Perdón, pero necesito irme. ¿Me puede abrir la puerta?
-No señor. Son cinco minutos.
-Usted y yo sabemos que no van a ser cinco minutos. Abra la puerta.
-Señor, usted está muy nervioso. Si no se calma voy a tener que llamar a la Policía.
-Usted es la policía, ¿de qué me está hablando? Y esto es privación ilegítima de la libertad.
-Son cinco minutos, y cállese que está haciendo poner nerviosa a toda la gente.
-Déjeme salir. Además de privación ilegítima de la libertad esto es abuso de autoridad.
Creo que para no seguir escuchando mi perorata insostenible me dejó salir y dejó encerrada al resto de la gente. Espero, honestamente, que esa gente mansa haya virado a una horda iracunda y lo haya ajusticiado. Ilusiones…