Desvelos capilares

1) Al contrario de otros jóvenes buenos mozos de mi edad, estoy maldecido por al síndrome “luna creciente”. Es decir: mientras muchos alopécicos pierden sus cabellos; a mí me crece de una forma descomunal. Por caso, hace tres semanas me lo corté MUCHO, como para no tener que volver en mucho mucho tiempo. Sin embargo, mis cabellos ya lucen como el de un náufrago que lleva 10 años en una isla del Pacífico sur.

2) Quizá porque pruebas hay de que no sufro de ése problema, de todos modos me parecen insufribles los que se someten a todo tipo de tratamientos contra la inminente calvicie con tan poca dignidad que me da TANTA vergüenza ajena que me quedo sin la propia: desde dejarte una cabellera abundante donde te crece el pelo, hasta peinarlo en formas extrañas para disimular o gastar fortunas en tratamientos inservibles como el casco Hansen, siendo el súmmun clavarte así como así un peluquín que me genera espasmos a intervalos frecuentes.

3) Si bien mi pelo es vigoroso tiene un “defecto” que a mí me gusta: tengo canas desde los 15 años. Cuando alguien saca a relucir el tema y propone que lo TIÑA, no me queda otra posibilidad que retirarle el saludo. Todos sabemos que de darse una biaba a convertirse en Silvio Soldán hay un solo paso, gente.

4) Pero volviendo al tema peluqueros, hace uno tiempito me quise cortar el pelo y en tres peluquerías me dieron un papel para que saque TURNO. ¿Alguien me explica cuándo fue el día en que el contrato social fue modificado y se les dio rango de profesionales de la salud a los peluqueros? Desquiciados. ¿Y si era una emergencia? ¿No deberían habilitar una guardia? Esto es una locura sin nombre, chicos.