Viejo Justiciero o Gente que Busca Gente

Mientras quien suscribe viajaba desde General Roca hacia Neuquén por trámites académicos, me toca en suerte como vecina de asiento una sujeta totalmente berreta, con el pelo teñido amarillo huevo, grotesca por donde se la mire con un celular que jamás me compraría (esos de más de mil pesos que solamente este tipo de gente se compra) escuchando con los altoparlantes Wisin & Yandel a un volumen demencial.

Un señor mayor que estaba sentado en la butaca contigua, luego de 10 minutos de viaje y con cara de hastío rompe en cólera y le dice, esforzando simpatía: “Disculpame, Anormal, ¿no tenés un par de auriculares así no nos arruinás la vida a todos?”.

Ése buen hombre tiene que ser mi abuelo, no le encuentro otra explicación.