SEMANA 1. La semana pasada me sentí un pollo al spiedo en la oficina. Luego de reclamos demenciales, reiterativos y recurrentes (no así recursivos) al área de mantenimiento, los salvajes homínidos arreglaron el aire, pero ahora siento como si estuviera trabajando a la intemperie en las afueras de la Base Marambio.
SEMANA 2. Se rompió el aire nuevamente. “Hola, soy yo de nuevo (por quinta vez). Se desmayaron dos administrativas y si no mandan al técnico a arreglar el aire voy a pasar la queja al Gobernador y de ahí se van a desprender sumarios administrativos para ustedes y para la empresa que tiene que realizar el trabajo”. Lo loco es que luego de semejante fantasmeada los muy ignorantes e incompetentes vinieron a arreglar el aire enseguida.
SEMANA 3. Querido diario, se volvió a romper el aire acondicionado. Tarda 10 días en llegar el repuesto de, no sé, Islandia ponele. Neuquén sufre 40º a la sombra. Para paliar la situación, los infradotados de mantenimiento nos pusieron un ventilador tamaño turbina de El Chocón que hace un ruido infernal. Cuando no me lo tolere más, me arrojo a las aspas así se acaba por fin esta película de terror (AKA Infierno en la Torre).
SEMANA 2. Se rompió el aire nuevamente. “Hola, soy yo de nuevo (por quinta vez). Se desmayaron dos administrativas y si no mandan al técnico a arreglar el aire voy a pasar la queja al Gobernador y de ahí se van a desprender sumarios administrativos para ustedes y para la empresa que tiene que realizar el trabajo”. Lo loco es que luego de semejante fantasmeada los muy ignorantes e incompetentes vinieron a arreglar el aire enseguida.
SEMANA 3. Querido diario, se volvió a romper el aire acondicionado. Tarda 10 días en llegar el repuesto de, no sé, Islandia ponele. Neuquén sufre 40º a la sombra. Para paliar la situación, los infradotados de mantenimiento nos pusieron un ventilador tamaño turbina de El Chocón que hace un ruido infernal. Cuando no me lo tolere más, me arrojo a las aspas así se acaba por fin esta película de terror (AKA Infierno en la Torre).