Prioridades de la vida

Esta tarde salí presuroso al Rapipago a cancelar facturas de gas y luz muy vencidas, y con el ejército de técnicos de las empresas de servicios chupasangre afilándose los colmillos para venir a cortarme los servicios. Como me pareció que 10 personas en la fila era demasiado, salí de ahí y me compré una guitarra.


¿No es hermosa?