Mini globalización



La oficina está tan bien diseñada que cuando accionás el interruptor que está al lado de la puerta, no sólo se corta la luz sino que se quedan sin energía cinco de las siete computadoras. Entre ellas la mía, claro, no podía ser de otra manera.

Pero no sólo eso. Cuando apagan la luz en la oficina de al lado, se quedan sin red todas las computadoras del sector.

Ayer, luego de un incidente, le dije a la arquitecta que se ponga las pilas o que me obligaba a realizar una conexión clandestina para electrificarle su oficina.

Hoy hay un ejército de electricistas sacando las más descabelladas conclusiones al respecto. Miran, dan vueltas, se agarran la cabeza y esbozan todo tipo de elucubraciones. Naturalmente, sin ningún tipo de resultados hasta el momento.

O sea, está bien que el mundo está globalizado y eso. Pero ¿no podían de entrada gastar dos pesos más en hacer una conexión como Dior manda para no tener que andar puteando al pobre que viene a la oficina y sin querer se apoya en el interruptor?