Cetácea libertaria

O sea: que sea pileta libre, no te da derecho a desenvolverte como si fueras una orca manca y exagerada, yéndote de un lado hacia el otro del andarivel, pataleando como si se te fuera la vida en ello y dándole porrazos con tus brazos fofos a todo aquel que intente nadar con una rutina más o menos programada y sencilla.

No entendés nada de la libertad. Si me volvés a trompear en medio de la pileta, se arma. Te lo juro.