Vergüenza

Vergüenza no es robar y no convidar.

Vergüenza es que te llame tu jefa a las apuradas, entres a toda velocidad a su despacho, que te dé algunas instrucciones, que enseguida entre la secretaria, deje tu celular sobre el escritorio y te diga “te va a llegar un mensaje”, no recibir tal mensaje, salir del despacho y que la secretaria te diga “tenés el cierre del pantalón totalmente abierto”.

Eso es vergüenza.


No propia, claro, si no de la pobre secretaria que se hizo cargo de la vergüenza ajena que le provocó tal situación.