¡Qué adelantados!



El cambio de horario es lo más horrendo que me pasó en la vida. Charlando con Loli coincidimos en que sentimos que nos falta algo (MÁS PRECISAMENTE UNA HORA), que nos sacaron una parte de la vida y que esto así no va para ningún lado.

Yo no les pienso ahorrar nada a esta manga de unitarios que gobierna el país. Sé que los pocos voltios que pueda consumir mi heladera, mi lavarropas infame, mi horno eléctrico, las lámparas, la PC, el teclado y demás artefactos no pesan mucho. Pero pienso activar todo al mismo tiempo hasta que, por lo menos, salte la térmica del edificio.

En invierno nos secaron las represas para generar electricidad y los dos ríos que pasan por la ciudad son una lágrima.

¡Crisis mis polainas! Si a alguien le parece divertido desayunar a las 7 de la mañana con el día en ciernes y cenar a las 9 de la noche con el sol todavía en lo alto, que me avise y le cambio de vida.






PD: Sí, ¡FELIZ AÑO PARA TODOS! Esta fue la intervención de último momento la vieja quejosa.