1) Mis desventuras con el lavarropas no paran. Anoche andaba mal y lo revisé, tipo mecánico, y lo arreglé. El arreglo duró hasta hoy, con apenas un lavado encima. No puedo seguir así en la vida. Tengo más problemas con el lavarropas que Cristina Fernández de Kirchner sin el maquillaje.*
2) Me crucé con un sujeto en la calle que me saludó muy efusivamente tipo “HOLA, CHE, CÓMO ANDAS, TANTO TIEMPO, A VER CUÁNDO NOS JUTAMOS, ¡NOS VEMOS!”. Y yo ni la más pálida idea de quién era… Mi doctor dice que es un sátiro y que la próxima lleve gas pimienta, pero probablemente sea un amigo y no me lo recuerdo. Aunque coincidimos en que lo del sátiro es una historia más jugosa.
3) Quiero adoptar como madre a Sarita, la señora que nos lleva viandas al mediodía a la oficina. Conmigo siempre hace diferencias. Por seis o siete pesos me lleva pollo con papas y verduras al horno, tortillas de las más variadas, milanesas de todas las carnes con puré, ensaladas meganutritivas, mientras que al resto los conforma con una ensaladita pequeña y por demás escueta. Me miran con un odio terrible mis compañeros a la hora de almorzar. Quiero que sea mi madre ya, mañana voy al Registro Civil.
4) Resulta que la señora que me alquila me solicitó la nevera que venía con el departamento (LA DEL ICEBERG, ¿SE RECUERDA?). Pues bien, a la hora de moverla apareció la batería del celular que había perdido hace unas semanas. Ahí estaba la muy desgraciada, disfrazada de patita de heladera. Así que a falta de uno, tengo dos celulares que, misteriosamente, andan los dos a la perfección. Me odio.
5) Hoy salió una foto en el Deportivo del diario La Nación donde les juro que me veo a mí (EL SEGUNDO DE IZQUIERDA A DERECHA). Aprovechando la credulidad de varios, les hice creer que yo era un experto en natación. Mi jolgorio duró hasta que una compañera me felicitó y casi se pone a llorar de la emoción y me hizo sentir una porquería. Menitra, después seguí. Lo importante de todo esto es que salgo en la misma foto con Meolans. Y punto. (LA NOTA DE REFERENCIA, ACÁ)
2) Me crucé con un sujeto en la calle que me saludó muy efusivamente tipo “HOLA, CHE, CÓMO ANDAS, TANTO TIEMPO, A VER CUÁNDO NOS JUTAMOS, ¡NOS VEMOS!”. Y yo ni la más pálida idea de quién era… Mi doctor dice que es un sátiro y que la próxima lleve gas pimienta, pero probablemente sea un amigo y no me lo recuerdo. Aunque coincidimos en que lo del sátiro es una historia más jugosa.
3) Quiero adoptar como madre a Sarita, la señora que nos lleva viandas al mediodía a la oficina. Conmigo siempre hace diferencias. Por seis o siete pesos me lleva pollo con papas y verduras al horno, tortillas de las más variadas, milanesas de todas las carnes con puré, ensaladas meganutritivas, mientras que al resto los conforma con una ensaladita pequeña y por demás escueta. Me miran con un odio terrible mis compañeros a la hora de almorzar. Quiero que sea mi madre ya, mañana voy al Registro Civil.
4) Resulta que la señora que me alquila me solicitó la nevera que venía con el departamento (LA DEL ICEBERG, ¿SE RECUERDA?). Pues bien, a la hora de moverla apareció la batería del celular que había perdido hace unas semanas. Ahí estaba la muy desgraciada, disfrazada de patita de heladera. Así que a falta de uno, tengo dos celulares que, misteriosamente, andan los dos a la perfección. Me odio.
5) Hoy salió una foto en el Deportivo del diario La Nación donde les juro que me veo a mí (EL SEGUNDO DE IZQUIERDA A DERECHA). Aprovechando la credulidad de varios, les hice creer que yo era un experto en natación. Mi jolgorio duró hasta que una compañera me felicitó y casi se pone a llorar de la emoción y me hizo sentir una porquería. Menitra, después seguí. Lo importante de todo esto es que salgo en la misma foto con Meolans. Y punto. (LA NOTA DE REFERENCIA, ACÁ)
*Aporte de Fenomenoide ¡qué fenómeno!