Neuquén: brindis y contradicción


Hoy, señoras y señores, mi querida y poco apreciada ciudad de Neuquén cumple 103 añitos. Una pendeja, lo que se dice. Sí, un 12 de septiembre de 1904 se decidió convertir al arenal ubicado en la confluencia de los ríos Limay y Neuquén en la capital del entonces Territorio Nacional y hoy resulta que es la ciudad más importante de la Patagonia.

Hasta ahí todo muy lindo. Y no entraremos en detalles. No indagaremos en los negociados que hubo para poder traer la capital a este rincón de la provincia, ni las gestiones para hacer que llegue el tren hasta aquí, ni tampoco hablaremos cómo se dejó en el olvido a la otrora capital, Chos Malal.

A pesar de que la amo, me molesta su chatura que no se condice con el crecimiento vertiginoso que ha experimentado. Es un pueblo disfrazado de ciudad, básicamente.

Pero otro día nos quejaremos de las contradicciones de la próspera Neuquén. Hoy brindo por la gente que la habita (LOS TORTUGONES, IRRACIONALES, SUPERSTICIOSOS Y QUEJOSOS), las marchas y piquetes que la aíslan, el alto costo de vida, los pocos espacios verdes, los problemas de agua del verano, los vendavales de septiembre, las inundaciones apenas caen dos gotas de lluvia, la lejanía de… todo.

Maldición, no quería quejarme, pero la vieja chancletuda ejerce sus poderes sobre mí de una forma misteriosa.

Y también brindo por los perfectos días de otoño, el tibio sol y los árboles en flor de la primavera, la frescura del Limay y el encanto de la avenida Argentina en el verano, y el calor en compañía de amigos en invierno; por la posibilidad de estar cerca de las montañas en cualquier época del año; y por haber crecido junto con la ciudad y admirarme de cuánto hemos progresado. ¡SALÚ!

Les dejo algunas fotitos de la ciudad tomadas por mi mismisidad en estos días como parte de este contradictorio homenaje a Neuquén.

La ciudad de Neuquén
La city en su esplendor nocturno desde el balcón de la casa de Olivia. Si miran con atención van a ver la casa de Lolo. Tip: está cerca de un edificio.

Atardecer en las bardas
Atardecer en las bardas que rodean a la ciudad, luego de un día de trekking extremo (?) con El Simio.

Plaza de las Banderas
La Plaza de las Banderas, también conocida como la Plaza del Centenario. Lugar ideal para ir a tirarse. Obviaremos el detalle que fue regalada a la ciudad cuando cumplió 100 años por la empresa chupasangre Repsol y disfrutaremos de su luminosidad y amplios parques contiguos.

Bajada Rincón de Emilio
Ingreso a la ciudad desde el Norte. Se ve el Cristo (QUE A MI ENTENDER ES UNA BASOFIA DE MONUMENTO PERO DE LEJOS SE VE BIEN) y la banderola de la Plaza de las Banderas.


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HOY LEO ESTO Y NO ME QUEJO:
Las Andanzas de Perróxido: Desvaríos, vivencias y turulces de Perróxido en tierras europeas. Leer con medicación encima. Blog desde Austria escrito por un barilochense.