La rareza en boga

Como muchos o ningunos saben (SIEMPRE ES BUENO CONSIDERARLOS A TODOS), ando por la Gran Ciudad, recorriendo sus calles, avenidas, plazas de las que tanto gusto.

Y bueno, quienes viven acá saben que la rareza está de moda.

Obvio que soy un provinciano patagónico, pero vengo frecuentemente a la ciudad autobomba de Buenos Aires, y concluyo que es muy bueno.

Les cuento algunas personas que vi ayer:
-una muchacha caminando en pijamas por plena avenida Santa Fe.
-un sujeto cantando “te extraño, te olvido, te amo” de Ricky Martin a todo grito en el bondi sin el más mínimo sentido de la afinación y de la ubicación.
-tres darkers-punks (o como se llamen), recontra producidos con ropa de cuero, tachas y maquillaje, mirando vidrieras topísimas en el Alto Palermo.
-cuatro albinos en dos cuadras (o sea, no iban todos juntos). Esto para LadyinBlack, que le encantan.
-un sujeto que cruzó corriendo 9 de Julio a toda velocidad y saltaba elevándose a 1 metro del suelo al estilo “Argentina salió campeona del mundo” por su hazaña (O SEA, CRUZAR LA AVENIDA EN UN TIEMPO)

Lo interesante del caso, es que a nadie se le ocurrió mirar con cara de “mmmmm” (YO ME CONTUVE, NO QUERÍA QUE SE ME NOTE EL PUEBLERISMO).

Y eso está muy bien. Ya sé que es de ciudad cosmopolita eso de que a nadie le importás, pero también debe haber algo de eliminación de prejuicios y de relativizar una cierta normalidad en los comportamientos. Abre cabeza.

Incluso conocí historias desopilantes como la del Perro Quemado de la adorablemente delirante Ardillor (QUE ELLA DETALLARÁ, ESPERAMOS), y esta consideración de que la rareza está de moda surgió charlando con Pumplafiz y Tiránco, dos seres llenos de rockkkkkkkkk, paz, amor y belleza. En serio.

Pero, lamento informarles, esto no desalienta a la vieja quejosa de ruleros, provinciana y pueblerina como pocas, que no dudará en volver. Me lo dijo.


Me gusta mucho Buenos Aires.