En este acto, que no es sencillo pero tampoco humilde, presentamos a Dora o Dorita o La Cretina de Recursos Humanos. Esta mujer debe orillar los 60, sus pelos recuerdan las peores épocas de los ’80, y se maquilla -estoy seguro- con fibrón rosa los labios y verde flúor los ojos. Lo juro. Pero eso es lo de menos.
Abrimos un capítulo de las disparatadas charlas con La Cretina de RRHH.
Abrimos un capítulo de las disparatadas charlas con La Cretina de RRHH.
Ingresa Lolo a oficina. Dora está detrás del escritorio con carpetas.
Lolo: (CONTRARIADO) Dora, me descontaron tres días de trabajo por enfermedad, cuando sólo falté lunes y martes.
Dora: (IMPASIBLE) Espere que me fijo. (…) Usted presentó un certificado por 72 horas, es decir tres días. Está bien descontado (SONRÍE, FALSAMENTE).
Lolo: (MOSTRÁNDOSE PERSUASIVO) Pero el día que fui al médico era un domingo. ¿Me descuenta el domingo?
Dora: (MIRANDO EL PAPEL) El certificado dice 72 horas. Corresponde descontar tres días.
Lolo: (FRUNCIENDO EL CEÑO) ¿Pero me entiende que me está descontando un día en el que no trabajo?
Dora: (PEDAGÓGICA) Usted tendría que haber ido al médico el lunes, así le descontábamos solo tres días.
Lolo: (EXASPERADO) Pero Dora, estaba enfermo, con gripe, no me podía mover…
Dora: (SONRÍE) Sí… Si usted hubiera ido el lunes al médico, le descontábamos menos.
Lolo: (INCRÉDULO) ¿Pero se da cuenta de lo que me dice? Puede fijarse bien y que me devuelvan el día que está mal descontado.
Dora: Está bien descontado (CIERRA TODAS LAS CARPETAS Y SONRÍE. DA POR CERRADO EL ASUNTO).
Sale Lolo de escena con vena tamaño piñata.
Al mes siguiente me devolvieron los tres días porque no correspondía el descuento.
La aborrezco.