Optimismo cotidiano

Siempre es bueno ponerle un poco de optimismo a la vida. Qué es eso de andar buscando motivos para amargarse. Por lo menos, así lo veo yo. He aquí una pequeña lista de las cosas y situaciones que me hacer mirar con optimismo la vida (?):

* Mi departamento no es grande, pero tampoco es cómodo.

* Las paredes del departamento que dan hacia la calle no son gruesas, pero no están bien aisladas.

* La Casa de las Empanadas que está a 30 metros no provee de ni variedad ni calidad, pero el olor a cebolla de las 10am y de las 6pm nos hace desfallecer.

* El mercado de la esquina no es barato, pero tampoco tiene variedad.

* El mercado de la otra esquina tampoco es barato, pero la chica que atiende no es simpática.

* El césped de la plaza no está bien cuidado, pero tampoco es verde (es amarillo o color tierra).

* Mi computadora no funciona rápido, pero tampoco tiene Internet.

* El camión basurero no pasa a horario, pero nunca se lleva todas las bolsas.

* Mi sueldo no es mucho, pero me lo bajaron. Por suerte, tampoco me lo piensan aumentar.

* Las veredas no son continuas ni están al mismo nivel, pero tampoco tienen todas las baldosas.

* La correspondencia con vencimiento a mi nombre o no llega o llega fuera de término. La de pretéritos ocupantes de esta morada llega con una puntualidad absoluta.


Sí, sí. La vida es mucho mejor cuando se mira el lado lleno. Lo único que me falta es llamar a la radio AM de Neuquén y quejarme de estas cosas.