De fórmulas y consejos para evitar conversiones

Cuántas, pero cuántas veces hemos estado a punto de convertirnos a alguna religión (o creencia o secta) por el solo hecho de abrir la puerta y encontrarnos con mormones, testigos de Jehová u símiles y dejarnos embelesar por sus argumentos.

Los enganches, deben saberlo mejor que yo, son bastante amplios pero rondan estas dos premisas: la inminente llegada del fin del mundo y la necesidad de convertirse a la religión verdadera para la salvación eterna.

R-fLXnS a la LnTnZ (inventate un nombre comercial…) ofrece, en un denodado esfuerzo de producción, algunas fórmulas y consejos para repeler a esta gente y hacer de nuestro hogar un mejor lugar para vivir. Queremos preservar el status quo Recomendamos emitir las siguientes enunciaciones mientras cerramos la puerta:

1. “Déjeme su número de teléfono y me contactaré con ustedes a la brevedad”.

2. “Esta es mi dirección de MSN Messenger (anotar en un papelito algo así como: direccionfalsa@hotmail.com). Agrégueme en sus contactos y chateamos. Buena suerte y hasta siempre” (Consejo: NO dé su dirección verdadera a menos que quiera tener la de ellos y saturarle la casilla de trivialidades).

3. “No tengo tiempo ahora. Déme su dirección e iré hasta su casa a mañana a la madrugada para que me explique todo eso que usted me viene a contar. Me interesa sobremanera”. (Consejo: mostrarse realmente interesado, para desconcertar).

4. “No hablo español. Adiós”. (Consejo: poner acento extranjero. Si se trata de un políglota mormón, recomendamos emular un lenguaje tribal).

5. “El tiempo vale oro. Pague si quiere que lo siga escuchando (Consejo: si es mormón, agregar que se cobra en dólares o euros, e indicar la paridad cambiaria del día. Inventada, claro)”.

6. “Deje toda su folletería rápido que estoy en medio de algo mucho más importante: veo televisión. Hasta pronto”.

7. “Hablé con dios esta mañana y me dijo que las religiones no existen. Hasta siempre” (Consejo: hablar con determinación).

8. “Disculpe, sólo creo en los dioses griegos. Lo escucharé con gusto sólo si me habla del Olimpo (esperar 2 segundos) Bueno, hasta luego”.

9. “No. No estoy preocupado por el avance de la violencia en nuestra sociedad. Sí estoy preocupado porque me llegó un mensaje de texto y todavía no he podido leerlo. Hasta siempre”.

10. “¿El fin del mundo? Usted está equivocado, eso queda en Ushuaia. Hasta luego y gracias por su tiempo”

11. “¿El fin del mundo? Gracias por avisarme. Me retiro: debo realizar unas llamadas para armar la despedida” (Consejo: poner cara de depravado).

12. “¿El fin del mundo? Yo que usted, si se fuera a acabar el mundo ya me habría ido a algún refugio antinuclear. Hasta siempre” (Consejo: poner cara de “no lo puedo creer…”).

13. “¿El fin del mundo? Basta de promesas, quiero realidades. Usted es como los políticos. El mundo se viene acabando desde que se creó y verá, aquí estamos. Adiós” (Consejo: mostrarse realmente enojado porque el mundo no se ha acabado).

14. “¿El fin del mundo? Y yo acá sin peinarme y sin lavarme los dientes. Gracias por el dato. Hasta siempre” (Consejo: fingir apuro).

15. “Ah, usted está equivocado. Jehová (o José Smith, según sea pertinente) vive en el edificio contiguo. Pruebe en el 1º D. Hasta luego” (Consejo: sonar determinante y apurado).

16. “Disculpe, no puedo atenderlo. Estoy hirviendo una gallina negra viva y temo que se me escape. Adiós” (Consejo: poner los ojos blancos).

17. “En esta cuadra somos todos testigos (o mormones, según corresponda). Pruebe en la cuadra del frente y no vuelva para aquí, a Jehová (o a José Smith) no le gustaría que sobre-evangelicen. Hasta siempre” (Consejo: hacerlos sentir culpables con una miradita de costado).

18. “Estoy preocupado por las guerras en el mundo, claro. Pero sin duda me preocupa más la gente que viene a las 8 de la mañana de un sábado a tocar mi puerta. Consígase una vida. Hasta siempre”.

19. “Cuéntele sus verdades a quién le importe” [Portazo] (Sí, es un poco ruda esta fórmula, pero muy efectiva. Consejo: se le puede agregar un epíteto descalificativo final si el caso amerita más agresividad todavía).

20. “Mi mamá no me deja hablar con extraños. ¡Chau! (Consejo: acompañar con una carcajada una vez cerrada la puerta. Funciona con cualquier edad que usted tenga).

Lo importante es no polemizar. Si les decimos algo como “la Biblia…”, seguro tendrán algo para responder. Estas máximas deben ser irrefutables para hacerlos desistir y, no menos importante, se aconseja adicionar una fórmula de despedida que impida la continuidad de la conversación.


¡Actualización!: los aportes de los lectores

21. "Qué me venís a decir a mí, conozco cada chupacirios mentiroso que dice diosito, diosito, y después te caga... Además, si dios existiera yo no estaría tan jodida”, por Lariten.

22. “Mire ahora estoy ocupado pero dejeme su dirección y luego lo visito por su casa a cualquier hora del día... No? no le gusta que lo visiten en su casa? bueno a mi tampoco...chau”, por Gabriel a secas.

23. “Somos judííííííoooosss!!!!”, por Ardillor.

24. “No gracias… ¡¡¡soy espiritista!!!!”, por Natuti.

25. “Che, zapato, si tu dios es tan súper guachi guau, ¿por qué necesita de giles como vos para que lo representen? ¿no ves que se presta a confusión?”, por el Señor de las Manzanas.